viernes, 8 de junio de 2012

TEMA 18. RELACIONES CON EL PERSONAL


RELACIONES EN LA EMPRESA: el conjunto de interacciones que se da entre los individuos de una empresa, la cual tiene grados de órdenes jerárquicos. Las relaciones humanas se basan principalmente en los vínculos existentes entre los miembros de la sociedad, gracias a la comunicación.
Esta es mi vida, pero no soy yo
Las empresas buscan fórmulas para que sus empleados sean más felices y, por tanto, más productivos. Pero ¿es posible serlo en plena crisis, mientras uno teme perder su empleo?

NOTICA:

Los Premios E&E a la Innovación en Recursos Humanos, que recientemente han celebrado su novena edición, dan un indicio de por dónde van las cosas: DHL se llevó uno por fomentar la identificación de sus trabajadores con la compañía invitándoles a debatir y gestionar cinco proyectos de expansión; Philips Ibérica, porque puso en marcha, en el verano de 2010, las Recognition cards, un sistema orientado a motivar a sus mejores profesionales con unos puntos que podían canjear por diversos productos de la marca; o la propia R, donde trabaja Santiago Vázquez, por haber desarrollado un modelo de felicidad en el trabajo que, entre otras cosas, ordena aumentar o reducir los incentivos variables de los jefes de cada departamento según el clima laboral que logren establecer en él. El porvenir está en manos de todos aquellos que sean capaces de darle la vuelta a la fatalidad y conseguir que las espinas estén llenas de rosas.
“Una firma, R, da incentivos a los jefes según el clima laboral que logren”
Eduard Punset, autor de libros como Viaje al optimismo o Excusas para no pensar y conductor del programa Redes, ha defendido que “la felicidad de los empleados debe ser un objetivo primordial de las empresas” y que estas “tienen que aceptar que la gente controle parte de los procesos en que está inmersa, para que así pueda desarrollar sus cualidades innatas”. Pero añade ahora que, en su opinión, tampoco suelen vivir bien aquellos que consideran el trabajo su centro de gravedad: “Los estudios más serios sobre las dimensiones de la felicidad coinciden en no identificar el trabajo como una de sus fuentes básicas, porque antes que eso están las relaciones personales, el control de la propia vida e incluso los niveles de renta. Y las investigaciones más recientes en el campo de la neurología ponen de manifiesto la necesidad de conciliar entretenimiento y conocimiento: es preciso entretener para enseñar. Lamentablemente, muchas universidades no han asimilado todavía este principio, y el mundo corporativo está todavía más lejos de practicarlo. De todos modos, la actual dicotomía entre trabajo y felicidad desaparecerá a medida que se cambien los esquemas de la revolución industrial por estrategias menos fundamentadas en los conocimientos académicos y más en la creatividad”.
Sin embargo, como advierte una vez más Jean Delumeau en El miedo en Occidente, “cuando las personas están asustadas corren el riesgo de disgregarse, su personalidad se cuartea y su sensación de estar adheridas al mundo desaparece”; así que ¿cómo se pueden combinar, en estos momentos, la búsqueda de la felicidad en el trabajo y el pánico a perderlo, en medio de esta crisis y justo después de la última reforma laboral? “No dejándose vencer o intimidar por el miedo”, concluye Punset. “El miedo ha sido evolutivamente la mayor amenaza de la felicidad, a la que he definido como la ausencia del miedo”. El problema es cuando ese estado de alarma pasa de ser individual a ser colectivo. Delumeau lo resume con una pregunta inquietante: “¿Las civilizaciones pueden morir de miedo, como las personas?”.
“El miedo ha sido la 
mayor amenaza de 
la felicidad”, dice Punset
¿Existen trabajos capaces de hacer felices por sí mismos a las personas que los desempeñan? Según un sondeo recién llevado a cabo por la Universidad y publicado por la revista Forbes, las 10 ocupaciones más gratificantes que existen son, por este orden: cura, bombero, fisioterapeuta, escritor, profesor de educación especial, maestro de escuela, artista, psicólogo, agente de ventas e ingeniero. El novelista Gustavo Martín Garzo, a punto de publicar Y que se duerma el mar, está de acuerdo con que su profesión esté en ese inventario, porque reconoce disfrutar escribiendo, lamenta que eso no les ocurra a demasiados profesionales y piensa que “habría que recuperar la noción del trabajo gustoso, como lo llamaba Juan Ramón Jiménez. Estar en paro es un drama tremendo, incomparable, pero también es una pena que tanta gente que sí trabaja piense más en lo que saca de su oficio que en lo que le puede dar. Antes muchas personas amaban su trabajo, por modesto que fuera, y eran felices al entregarlo bien hecho, pero ahora vivimos un tiempo de prisas y de chapuzas, en el que solo importa la rentabilidad. Esa es la llave de este asunto: hacer las cosas de cualquier manera no puede hacer feliz nada más que a un sinvergüenza; hacerlas bien, puede hacer feliz a una persona honrada”.
Para que una empresa funcione como debe ser, tiene que cuidar todas sus partes:
-       Relaciones con el personal
-       Acciones sobre el entorno medioambiental
-       Uso de productos y recursos
-       Programas de ayuda a organizaciones
-       Acciones dirigidas a la comunidad
En este caso nos hemos centrado en las relaciones del personal. Para una buena organización y productividad, la empresa no debe descuidar a sus empleados, una persona feliz realiza mejor su actividad de trabajo antes que otra que no se siente bien, nunca se puede omitir, que las empresas no pueden estar pendientes las 24h de sus empleados y de algún modo malcriarlos, sino ejercer un poder fuerte de liderazgo y a la vez comprensivo para que los empleados se sientan a gusto y seguros, en vez de presionados y asustados.
BIBLIOGRAFÍA

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